“Porque los egipcios cultivan una filosofía que les es propia. Esto se manifiesta sobre todo en sus ceremonias sacras. Pues primero avanza el cantor, sosteniendo algunos de los símbolos de la música. Sostienen que éste debe llevar dos libros de los pertenecientes a Hermes, uno contiene himnos de los dioses y el otro un cómputo de la vida del rey. Y a continuación del cantor avanza el astrólogo con un reloj en su mano y una palma, los símbolos de la astrología. Debe tener los libros astrológicos de Hermes, que son cuatro, siempre en los labios. De ellos, uno trata sobre el orden de las estrellas fijas que son visibles, y otro sobre las conjunciones y apariciones luminosas del Sol y de la Luna.”
Clemente de Alejandría, Stromata, VI.
Fue en el imperio romano donde terminó predominando el mito del orígen egipcio de la astrología, la magia y la alquímia, atribuidas a un antiguo filósofo llamado Hermes Trismegisto, a quien se le atribuye también la autoría de una colección de tratados teológicos, comúnmente conocida hoy en día como el Corpus Hermeticum, así como diversos tratados de naturaleza práctica, manuales de técnicas de lo sagrado, como las ya mencionadas. Ambos tipos de tratados, filosóficos y técnicos, a su vez formaban parte de una escuela espiritual o tradición mistérica, asociada con los templos en el imperio dedicados a las divinidades egipcias helenizadas, lo que en la antigüedad misma era llamado el camino de Hermes, y con el que más o menos coincide lo que hoy en día es denominado como “Hermetismo”, el cual, en sus versiones modernas (como ocurre con tanto de la espiritualidad occidental contemporánea), en la mayoría de los casos es un derivado diluido, cristianizado y muy intelectualizado, superficial y comercial.
Claro que griegos y romanos también relacionaban los orígenes de la astrología con los caldeos y los asirios así como con Zoroastro y con Orfeo, por ejemplo. Sin embargo, la figura más relevante a este respecto en el occidente latino cristiano fue la del profeta greco-egipcio, resultado de una amalgama del dios Hermes y el dios Thoth. El sabio “tres veces grande” fue reconocido por los primeros padres de la iglesia tanto como por los filósofos helenos, como uno de los más importantes teólogos. Posteriormente, la tradición medieval, sobre todo por influjo islámico, también tendrá presente su figura. Pero el impacto más reciente y profundo en la cultura occidental que ha tenido el venerable Pater Philosophorum (Padre de los Filósofos) fue en el renacimiento, momento en que los tratados escritos en griego que componen el Corpus Hermeticum son llevados el siglo xv a Italia y traducidos, a la par que los Diálogos de Platón y las Enéadas de Plotino son también recuperadas y traducidas al latín, los diálogos de Hermes siendo considerados incluso más importantes que la obra de los mencionados filósofos griegos. Esto en paralelo al desarrollo de la figura de Trismegisto como contemporáneo o maestro de Moisés, como -junto con Zoroastro- el príncipe o primero de la Prisca Theologia (Teología Primordial), la tradición perenne que cuenta también entre sus exponentes a Orfeo y a Pitágoras, a Sócrates y a Platón, entre otros. El mencionado impacto que tuvo en el renacimiento la concepción hermética acerca de la divinidad, el universo y el ser humano, tres términos íntimamente emparentados de acuerdo con esta visión, fue enorme; asimismo el impacto que tuvo en la concepción acerca de la relación entre la mística y las ciencias y las artes, influenciando a las mentes más brillantes del período. La visión de Hermes Trismegisto se convirtió en un factor principalísimo, fundamental, para esa dinámica de renovación cultural que fue el renacimiento.
Al día de hoy hay acuerdo por parte de los especialistas que, si bien la mayoría de los textos corresponde a los siglos ii-iii d.n.e., habiendo sido escritos en griego, estos transmiten sabiduría originalmente egipcia mucho más antigua. Hay un núcleo sapiencial de la tradición textual que conecta directamente con la época del Egipto faraónico; de hecho, según los escritos mismos, el faraón Nechepso y su sacerdote Petosiris siendo de entre los principales receptores y propagadores de la revelación del “tres veces grande”. Revelación en la cual la astrología tiene un papel central: es la llave del camino de Hermes, el cual integra a la ciencia astral (astronomía y astrología) con la magia (como práctica de piedad cósmica), la medicina y la alquimia así como con cosmología, la metafísica y la teología en un sistema integral de desarrollo espiritual, acerca del cual continuaremos hablando en este blog en la siguiente publicación, así como acerca del papel central que tiene la astrología en en la revelación de Hermes Trismegisto, padre de los filósofos.
Si quieres saber más acerca de Hermes Trismegisto y la astrología, también puede interesarte nuestro próximo webinar, el sábado 23 de oct., a las 11 am (horario de la Cd. de México): https://www.facebook.com/events/193561759580146/?ref=newsfeed
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