El filósofo y mago del renacimiento Marisilio Ficino, una de las más grandes mentes de la astrología occidental, en su comentario al diálogo platónico Leyes, escribiendo sobre los “misterios de Saturno”, observa lo siguiente acerca de las conjunciones de Júpiter con Saturno, cuando estas ocurren en los domicilios o en la exaltación del último. Saturno en la astrología tradicional es un símbolo de sabiduría, de las tradiciones antiguas; de la contemplación intelectual así como del razonamiento; de la filosofía (en el sentido antiguo, espiritual, del término) y de la melancolía asociada a esta:

“Pero la mente promulga, el alma prepara y el planeta presagia. Presagia, digo yo, cuando, en las grandes conjunciones de Saturno con Júpiter, Saturno mismo se regocija en su exaltación o en su domicilio, y como señor de la conjunción es apreciado por Júpiter, y él goza del beneficio del Sol, de Mercurio y de Venus. Así es como él dio nacimiento a la magia de Zoroastro y sus seguidores, o bien, él presagiaba su enseñanza, así como a la teología de [Hermes] Trismegisto, los misterios de Orfeo, los secretos de Pitágoras, la virtud pura de Sócrates y la grandeza de Platón. A partir de claras líneas de razonamiento nosotros sabemos que esto es así.”

El pasado 21 de diciembre pudimos observar en los cielos el bello y extraordinario fenómeno de la conjunción de Júpiter con Saturno en Acuario, domicilio diurno del planeta de los anillos, signo a su vez asociado por Ficino y sus seguidores con la revelación platónica y hermético-kabalista. Este es un presagio propicio para la recuperación de la tradición astrológica; para que la astrología reconecte tanto con su aspecto filosófico y contemplativo como con su tradición remedial, ritual y mística. Reconocer su propia tradición filosófica (platonismo y hermetismo) más allá de las mezcolanzas sin sentido y los confusos remedos comerciales, tan superficiales y mal informados, por parte del grueso del esoterismo actual. Pero también recuperar la profunda y extraordinariamente bella tradición espiritual de la astrología ritual (de relación directa con las inteligencias celestiales), que desde sus inicios hasta el renacimiento ha formado parte integral de la tradición, más allá de las versiones infantiles y deslactosadas que el “ocultismo” de la llamada nueva era (new age) vende.

¿Pero esta conjunción Júpiter-Saturno en Acuario significa el inicio de la llamada era de Acuario? No, la respuesta inmediata es no, pero en subsiguientes publicaciones explicaré por qué, en mi opinión, esto es así. Simplemente cabe observar que el punto vernal, la principal referencia para medir las eras (períodos de dos mil y fracción de años), aún se encuentra en la constelación de Piscis. No obstante, me parece que sí podemos afirmar positivamente, con esperanza y anhelo, que la reciente conjunción presagia -si empleamos el término usado por Ficino- una nueva y altamente significativa etapa en el trayecto final de la era de Piscis, en la cual aún nos encontramos.

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